sábado, 2 de abril de 2016

Mis pequeños músicos


Esta semana en las prácticas he llevado a cabo una asamblea en la que hemos reflexionado sobre el tipo de música que acompaña a los pasos en la Semana Santa y tras esto, conté un cuento llamada “La pequeña banda de música”.




"La pequeña banda de música"

"Había una vez unos instrumentos musicales que no se llevaban nada bien. La flauta, la trompeta, el tambor, el saxofón, el bombardino, el oboe, el clarinete, la tuba, los platillos, etc. Siempre estaban discutiendo por ver quién era el mejor. La flauta decía que su sonido era el más dulce de todos. El clarinete decía que él era el que hacía mejores melodías. El tambor decía que él llevaba el ritmo mejor que nadie. La trompeta decía que su sonido era el más fuerte, etc. Cada uno de ellos se creía los mejores y se burlaban de los otros instrumentos. Por eso, cada uno se iba a tocar a una parte distinta de la casa donde vivían.
Pero aunque estaban separados, el sonido del tambor molestaba a la trompeta, la trompeta molestaba a la flauta, la flauta a los platillos, los platillos al clarinete, y así sucesivamente.
Allí no había quien pudiese tocar tranquilo. En vez de hacer música, lo único que hacían era ruido, y si alguien se paraba a escucharles, se iba corriendo porque le entraba dolor de cabeza de escuchar aquello. Siempre pasaba lo mismo…
Todo esto cambió el día que llegó a vivir una batuta con ellos. Al ver lo que ocurría, les dijo a todos los instrumentos que vivían allí que ella podía ayudarles si querían. Aun así, ellos estaban convencidos de que nadie podía ayudarles. Pensaban que la mejor solución era separarse y que cada uno se marchara a vivir a otra parte. De esta forma, podrían tocar a gusto, sin tener que soportar lo mal que tocaban los demás.
La batuta les propuso intentar hacer una cosa. Tocar todos juntos una misma canción. Ella les ayudaría a hacerlo. Al principio no estaban convencidos, pero al final aceptaron. La batuta les dijo a cada uno de ellos lo que tenían que tocar cada uno y, después de un ensayo, comenzó a sonar una bonita canción.
Los instrumentos miraban fijamente a la batuta, que les indicaba en cada momento cómo y cuándo tenían que tocar. La canción iba sonando muy bien y eso hizo que los instrumentos (la flauta, la trompeta, el clarinete, el bombardino, el tambor, etc.) no saliesen de su asombro. Estaban tocando juntos una misma canción y les estaba saliendo bien. Habían empezado a hacer música.
Cuando acabaron de tocar, estaban tan contentos de cómo les habías salido, que se felicitaron. Era la primera vez que se ponían de acuerdo en algo. Por eso, le pidieron a la batuta que les hiciera tocar otra vez la misma canción. Todo el que pasaba por allí, se quedaba admirado de lo bien que lo hacían.
Vieron que al unirse y poner en común lo mejor de cada uno de ellos, había conseguido hacer una bonita música. A partir de ese momento, decidieron formar una banda de música y salir a acompañar a las procesiones de Semana Santa por las calles de la ciudad, para que los ciudadanos pudiesen escuchar todas sus canciones y ver lo bien que lo hacían".



Mientras que se contaba el cuento, varios niños iban representando lo que se contaba en el cuento con unas marionetas hechas con goma eva.
Con este cuento, no solo se podía conocer los diferentes instrumentos que forman parte de las bandas musicales, sino que también permitía que los niños pudiesen reflexionar sobre la forma de comportarse a la hora de trabajar en equipo.
Tras llevar a cabo la lectura del cuento, les enseñé a los pequeños mi flauta travesera. Todos estaban muy emocionados y querían tocarla. Para enseñarle como sonaba, toqué una canción que ellos habían aprendido el día anterior y por último, mientras ellos cantaban y bailaban yo tocaba.




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